Alimentos azucarados
Caramelos duros
¿Por qué son malos para los dientes los caramelos duros? Son pegajosos. A diferencia de los caramelos de goma, que se disuelven rápidamente al masticarlos, los caramelos duros se quedan pegados a los dientes y las encías durante mucho tiempo. Imagínate un trozo de tu caramelo duro favorito en la boca durante minutos y minutos. Esto no le hace ningún favor a tu boca. De hecho, favorece la aparición de caries si el azúcar del caramelo no es eliminado por la saliva, que también elimina las bacterias. Si tienes que comerte un caramelo duro, sobre todo si contiene azúcar, asegúrate de lavarlo con un vaso de agua para eliminar los azúcares y ácidos que quedan.
Comer caramelos duros también es malo para la mandíbula, porque requiere masticar mucho y puede irritar las encías y otros tejidos blandos de la boca. Además, los caramelos duros emiten más calor que los blandos, lo que puede quemar los delicados tejidos bucales. Además de dificultar la ingesta de alimentos, los caramelos duros pueden romper o dañar los brackets de los aparatos de ortodoncia. Por lo tanto, es mejor evitar por completo los caramelos duros mientras lleves ortodoncia.
Refrescos
Los refrescos son perjudiciales para la salud bucal por varias razones. La primera es que contienen una gran cantidad de ácido y azúcar, que corroen el esmalte. El ácido cítrico de los refrescos también afecta a la forma en que tus encías reaccionan ante las bacterias y los gérmenes. Si bebes refrescos con frecuencia, es posible que notes que la línea de las encías empieza a retraerse o a separarse de los dientes. Este tipo de retracción de las encías puede provocar enfermedades de las encías y una mayor pérdida de dientes.
La segunda razón es la carbonatación de estas bebidas. Es muy perjudicial para los dientes porque, al disolverse, deja pequeños agujeros a lo largo de la superficie de los dientes, lo que puede provocar la erosión y el desgaste del esmalte dental. Con el tiempo, estos agujeros pueden provocar caries e incluso endodoncias. Para evitar este tipo de daños, debes beber refrescos con moderación y evitar tomarlos a sorbos durante todo el día. En su lugar, puedes beberlo de una vez y después enjuagarte la boca con agua para ayudar a eliminar los residuos de los refrescos.
Café y té
La mayoría de los amantes del café no saben que el té verde y el té negro son más perjudiciales para la salud bucodental que el café. El ácido tánico del té negro, así como los taninos de la propia planta, pueden manchar los dientes. Y lo que es peor, el café y el té suelen consumirse con azúcar.
Si no puedes evitar por completo el café y el té, intenta limitar su consumo. Limita también la cantidad de azúcar y edulcorantes artificiales que consumes con ellos. Bébalos con pajitas para reducir su exposición a los dientes. El agua debe ser siempre tu primera opción para hidratarte porque favorece la producción de saliva.
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