La cirugía para colocar implantes dentales es un procedimiento habitual con un alto índice de éxito. No obstante, como en cualquier otra intervención, existe la posibilidad de desarrollar complicaciones posteriores. Conocer las posibles dificultades y tomar las medidas de prevención recomendadas puede ayudar a los pacientes a conseguir un resultado satisfactorio de la intervención de implantes. Una parte del éxito también depende del paciente
¿Cuáles son las posibles complicaciones de los implantes dentales?
Osteointegración
Infección bacteriana
Daño nervioso
¿Cómo pueden los pacientes prevenir las complicaciones?
Las personas que se someten a un implante dental deben informarse de lo que pueden esperar durante y después de la intervención para saber qué es normal y qué no. Cualquier imprevisto debe comunicarse lo antes posible. En caso de duda, es mejor hablar que callar y dejar que el daño empeore.
Los pacientes con implantes deben recibir instrucciones para el cuidado de la zona quirúrgica en relación con su higiene y comportamiento. Los pacientes deben seguir estas instrucciones al pie de la letra, manteniendo la zona limpia y evitando ciertos alimentos según las indicaciones. Cada persona debe inspeccionar el lecho quirúrgico de acuerdo con las directrices proporcionadas. En particular, el paciente debe estar atento a los signos de infección, como enrojecimiento inusual, hinchazón, dolor y supuración de pus de la zona quirúrgica. El paciente también debe vigilar la aparición de signos sistémicos de infección.
El paciente debe controlar cualquier enfermedad existente que pueda afectar negativamente a la cicatrización, como la diabetes. Dado que el tabaco también puede interferir en la cicatrización al reducir el oxígeno de la sangre e irritar el tejido gingival, los pacientes deben dejar de fumar antes de la intervención de implante.
Si la densidad ósea es insuficiente para soportar un implante, es posible realizar un injerto óseo para reforzar la mandíbula. Tras el injerto, el hueso tarda varios meses en fortalecerse lo suficiente como para soportar un implante.